O melhor do mundo: Brasil brilló una pizca de su fastuoso carnaval
La escola Imperatriz Leopoldinense desfiló un 2 por ciento de su máximo potencial.
Un vistazo, un pequeño pero impecable vistazo, de lo que ocurre cada febrero a casi 1.500 kilómetros de Asunción pudo apreciarse en la noche del sábado, en el Jockey Club, en la cuarta edición del Carnaval Brahma.
A eso de las 23:15, tras media hora de bache en la pista, empezó a sonar una batucada; cinco minutos después un “Alô Asunción”, recibido con gran emoción, abrió paso al canto constante de dos vocalistas, acompañados solo de un intérprete de cavaquinho, en el escenario principal.
La escola de samba Imperatriz Leopoldinense asomó sus plumas, y por 45 minutos la pista de 300 metros se pintó –muy, muy mínimamente– de Carnaval de Río. Esta institución cincuentenaria (ocho veces ganadora de la competencia brasileña, y la primera tricampeona de su historia) trajo a sus fascinantes mulatas, vestuarios imponentes y coloridos, con una espléndida batería musical. Otra cosa.
El desfile de los brasileños –que incluyó una segunda pasada– se percibió diferente, la manera de sambar, de expresar la danza sin coreografías grupales rígidas, de sentir la fiesta como tal… Apenas un 2 por ciento del verdadero furor: vinieron 90 integrantes de los 3.800 que este año llevó Imperatriz en el afamado sambódromo.
El público, algo reducido que del carnaval pasado (¿entradas muy caras?), vibró ese sueño. Luego la pista se habilitó para que los espectadores se acercaran al escenario central, con cierta tensión ante la valla humana inicial de seguridad por los empujones. Pero enseguida el baile festivo se volvió a masificar con É o Tchan!, pasada la medianoche.
Con una decena de músicos (incluyendo tres percusionistas), dos cantantes y cuatro bailarinas, la tercera formación del exitoso grupo formado en 1992 arrasó instantáneamente con sus hits “Segure o Tchan”, “Ralando o Tchan”, “Na Boquinha da Garrafa”, entre otros. Durante hora y media, el conjunto despachó su pegadiza fusión de samba, pagode y axe. Al culminar, Imperatriz instaló su batucada en el exclusivo Camarote Brahma, ya para seguir una fiesta más privada.
Fonte: Jornal La Nación
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